miércoles, 11 de septiembre de 2013

Alarma en la FEB, la sobreexposición de la Ruta Ñ está provocando el agotamiento del modelo


Está siendo la peor preparación de un campeonato por parte de la Federación Española de Baloncesto. Comienza a percibirse el agotamiento de un producto. Los números están evidenciando un problema que se auguraba hace ya varias temporadas pero no se contemplaba hasta después del Mundial 2014. En apenas una semana han trascendido muchas cosas desapercibidas por parte de la opinión pública. El modelo de preparación no es el adecuado, se han concentrado cuatro partidos amistosos en ocho días, de Castellón a La Coruña pasando por Santiago de Compostela y León. Cuatro eventos que están delatando por primera vez el rechazo del mercado al producto que se está ofreciendo.
Primero han sido  las instituciones que alcanzan acuerdos para la organización de los partidos. Ya la semana pasada la Generalitat Valenciana reconoció el pago de un canon de 300.000 euros por el partido disputado en Castellón contra Polonia. La Generalitat va a pedir explicaciones a la FEB por el cobro a otras instituciones por la organización de partidos amistosos de la selección española. El silencio y la opacidad de la FEB ha sido protagonista en los últimos días. Las instituciones comienzan a cuestionar el importe de la factura para conseguir la presencia de la selección española en su territorio. Inaudito hace unas temporadas en que las instituciones estaban dispuestas a organizar eventos de similares características al precio marcado por la FEB. Unido al malestar institucional por la política de la FEB para designar las ciudades elegidas, las fechas concretadas y las campañas de venta de las entradas. Castellón, La Coruña y Santiago de Compostela.
Las audiencias televisivas están marcando mínimos históricos. Una tendencia que se pudo observar el verano pasado con los amistosos emitidos en Televisión Española en horario de máxima audiencia. El cambio de LaSexta a La1 reflejó que un cambio de un canal a otro de mayores registros no provocaba que las audiencias fuesen superiores. Ya en el verano pasado las audiencias de los partidos amistosos tuvieron una media de 600.000 espectadores. Este verano los dos últimos partidos han marcado unos topes de 455.000 espectadores el pasado sábado y anoche 240.000 espectadores. Especialmente significativo fue el de ayer, argumentándose que el partido coincidía con la Liga de Campeones con la Real Sociedad. Una situación que ya estaba prevista al fijar en el calendario la fecha de ayer para el partido en Santiago de Compostela. Tres días después de un partido celebrado a 70 kilómetros de distancia, 24 horas antes de otro partido a disputar en León.
La recaudación por taquillas no es del todo satisfactoria sino más bien al contrario. En el partido de Castellón apenas se vendieron 3.000 entradas, en La Coruña también hubo problemas para alcanzar un lleno del Coliseum. Ayer en Santiago de Compostela la situación fue más dantesca. La FEB repartió una cifra de 2.500 invitaciones para el partido de ayer contra Macedonia. Invitaciones para patrocinadores, instituciones y la FEGABA. Ayer quedaron por vender 500 entradas, cuando estas se vendieron anteriormente a precios entre 15 y 45 euros. Con tal de venderlas todas se pusieron al precio de 5 euros cada una. Liquidación total convirtiendo el circo de la FEB en un mercadillo ambulante con ofertas de bajo coste.
El agotamiento del producto se está haciendo evidente. La imagen del producto de la ÑBA comienza a deteriorarse. Se puede  recurrir a la ausencia de Pau Gasol y Juan Carlos Navarro como coartada, no obstante la FEB tuvo tiempo suficiente para minimizar los efectos colaterales. La ÑBA no era un producto como tal sino el resultado del abuso de la imagen de los jugadores. No era ni método FEB ni ÑBA sino Pau Gasol, luego se estaba obligado a la búsqueda de una nueva imagen. No era segura ni la presencia de José Manuel Calderón, ni de Ricky Rubio, ni de Marc Gasol. La única estrella confirmada de inicio a fin era Rudy Fernández. Con todo lo que conlleva. Rudy Fernández como jugador que esta temporada ha visto su imagen absolutamente desgastada por parte del aficionado. Imagen que genera un rechazo hasta tal punto que ya fue silbado en La Coruña.
Desgaste de la imagen de  unos jugadores que sostenían un producto virtual y con fecha de caducidad. Todo promovido y consentido por parte de la FEB que no ha sido capaz de dictaminar un código de conducta en los jugadores. Ya no es cuestión que no se haya explicado todavía lo que ocurrió en esas habitaciones de la Villa Olímpica de Londres en los Juegos Olímpicos -sólo publicadas en la prensa internacional-, ya es simplemente recriminar como un jugador de la selección española se encara con la grada de forma gratuita. Si, hablamos de Sergi Llull, uno de los habituales de la selección española. Gestos como el de ayer contra los espectadores del Fontes do Sar reflejan el desgaste de un modelo, el agotamiento de un producto y la capacidad de respuesta de la Federación Española de Baloncesto para conseguir  hacer perdurar un modelo del que se ha vivido durante muchas temporadas. Más allá del rendimiento deportivo de la selección española la FEB está percibiendo que el rechazo ha llegado antes de lo previsto. Probablemente fruto de la sobreexposición.
Instituciones que cuestionan, espectadores que no compran entradas y ya no se concentran en la televisión a ver un mayor número de partidos amistosos, jugadores con los que el mercado no se identifica y que para colmo se encaran con quién ha pagado la entrada. Todo un carrusel de situaciones que se han desarrollado en apenas 8 días, los peores sin lugar a dudas desde el nombramiento de José Luis Sáez a la Federación Española de Baloncesto. Ya no se trata de gestión de ligas federativas que no dan ni imagen, ni dinero, ni relevancia. Se trata del agotamiento de la Ruta Ñ, el Santo Grial de la doctrina del método FEB. Hasta hoy lo único que importaba. Hasta hoy lo único que permitía a la FEB mantener su modus vivendi sin apenas hacer nada.
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